Buscar este blog

lunes, 15 de noviembre de 2010

Lo juro...Yo se que me amas...

Lo juro. ¡Yo sé que me amas! 
( Los amantes ) 

Lo juro. Te juro mi niña que deberías ser reina. Lo juro por mis negros ojos que te ven cada mañana. Lo juro. 

No la esclava de un turno de ocho horas como lo somos todos. 

Te juro que deberías serlo. Y que Dios es como un payaso loco al dejarte tan frágil y sola en este panteón gris y sucio. 

Como es el mundo ( Y no en el cielo.) 

Lo juro. Tu talle de ninfa no tiene rivales y tu piel dorada iguala al sol. 

Eres tan hermosa que opacas al día y a la vida misma con tu caminar. 

Y que cuando duermes; sobre tu ventana, la luna amarilla se posa envidiosa 

Solo para verte. Solo para odiarte; por tu cuerpo laxo que sueña tranquilo. 

Porque la flor nácar que duerme en tu alcoba vuelve codicioso al mismísimo sol. 

Y que al nacer el día, Febo en su carruaje, pasa sigiloso por donde reposas. 

Hace caravanas. Saluda a la vida. Como enamorado que cela a su amor. 

Porque tú mi niña lo cautivas todo, y eres lo mas bello de la creación. 



Lo juro. Juro por Dios. 

Juro que en mis años de ruaba nocturna, y aun bajo la luz hiriente del día. 

Jamás vi. Princesa engalanada, ni brillo de gema lustrosa más llamativa que tu. 

Ni aun en mis más delirantes espasmos de pérfido amor. 

Más aun. Ni aun en mi cercanía con la muerte provocada por la soledad. 

Jamás evoque salvación alguna, aturdido por la ignorancia de no saber que tú existías. 

Y sé que me amas. Lo juro. 

Sé que te acercas indiferente porque sabes que te espero. 
Y que te muestras lejana, y a la vez gustosa de verme. 

Y que si miro a tus ojos la deferencia no existe. 
Porque demuestras desprecio donde yo sé que hay amor. 

Y escondida tras un saludo e indiferencia feroz. 
La impaciencia me mastica volteándome los sentidos. 

Y tú. Tu. Te vuelves la esperanza que me salva cada día. 
De ese destino monstruoso de la gillette y la ducha. 

Y cuando me quedo solo con mis rojos pensamientos; la corbata me sofoca en un arrebato de ira. 

Y sé que hay mucha gente para destruirlo todo. 
Y me encierro nuevamente en la jaula de mi compostura. 

¿Qué culpa tienen el mundo de que “ese otro” te haga suya? 

Y me guardo mi furia asesina. 

Aunque no dejo de odiarlo por no dejarte ser mía. 

Y me repito enojado: 
(Musitando cabizbajo) 

"¡ Lo juro. Lo juro por Dios. Ella me ama en secreto ¡". 

Aunque solo yo. 

Solo yo. 

Ahogado en mis delirios. 

Solo yo. 

Solo yo... parezco saberlo. 

No hay comentarios: